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14 de febrero de 2010

El sistema de pensiones y la inmigración en Andalucía

El Servicio de estudios del BBVA publicó en el mes de noviembre de 2009 un estudio sobre la influencia que puede tener la inmigración sobre la viabilidad futura del sistema de pensiones. Hay que aclarar que aunque existe una caja única para todas las cotizaciones y prestaciones recibidas, el estudio trata de realizar un análisis de la región andaluza que es más o menos extrapolable al resto de regiones y por tanto al conjunto de estado español. 
El escenario de las pensiones futuras descansa en ciertas características y tendencias demográficas que es común a muchos países desarrollados y que coloca al sistema en un grave riesgo de no viabilidad. Dicho escenario es el siguiente:
  • La población española envejece debido a que la esperanza de vida ha aumentado significativamente, y los nacimientos han disminuido por lo que en años venideros no existirá suficiente número de personas activas para mantener a las dependientes.
  • El sistema español se basa en un sistema de reparto. Este sistema consiste en que las cotizaciones que actualmente pagan los trabajadores en activo, van dirigidas a pagar las prestaciones generadas por aquellos que en su momento cotizaron al sistema.
  • El sistema español es un sistema de caja única, eso significa que es el estado el que gestiona, o sea, paga las prestaciones y recibe las cotizaciones de los trabajadores independientemente del territorio español donde resida. 
  • La población inmigrante que actualmente cotiza a la Seguridad Social está ayudando a soportar el sistema de pensiones, pero también ellos están generando derechos para el cobro de una prestación en el futuro, por lo que a las prestaciones que deberán recibir los autóctonos habrá que sumar las que generan los inmigrantes.
 Algunas características a destacar de la población inmigrantes son:
  • En torno al 80% de los inmigrantes son de origen económico (aquellos que proceden de países con un Índice de Desarrollo Humano inferior al de España).
  • Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia son las que mayor porcentaje de población inmigrante tienen, y agrupan al 65% del total.
  • El 60% de los afiliados extranjeros a la Seguridad Social están en el Régimen General. El Régimen Agrario posee un 16% y el de Autónomos otro 16%. 
  • Es destacable la edad de entrada de la población inmigrante en el sistema, siendo la diferencia respecto a la población nacional mayor a los diez años.
  • La mayoría de los inmigrantes podrán cotizar el tiempo suficiente para tener derecho a una pensión de jubilación igual al 100% de su base reguladora.
  • La inmensa mayoría de los inmigrantes tienen un contrato temporal.
  • Las bases de cotización de la población nativa son superiores a las bases de cotización de la población inmigrante.
Teniendo en cuenta las características anteriormente citadas, el estudio concluye lo mismo que otros trabajos realizados y expertos en el tema: la insolvencia financiera del sistema de pensiones. Esta insolvencia se manifiesta tanto para la población nativa como para la población inmigrante. Por tanto, la idea ampliamente difundida de que importando población solucionamos en el futuro el problema de las pensiones queda cuestionada por el desequilibrio actuarial entre pensiones futuras y cotizaciones. 
Es por ello por lo que el debate actual abierto en torno al modelo del pensiones y la reforma que necesita, no es una cuestión a posponer. El análisis realizado en el estudio del BBVA se basa en cuantificar la Tasa Interna de Rendimiento (TIR) del sistema tal como está planteado actualmente. Los resultados indican que "la TIR de aquellos que perciben pensiones, con complemento a mínimos, es considerablemente superior que los que no son complementados. Asimismo también se obtiene que los inmigrantes perciben una TIR superior a la población nativa. En todos los casos, se percibe una rentabilidad superior al 3% fijado, desde un supuesto optimista, como el nivel máximo de rentabilidad que podría ofrecer el sistema."