La OCDE ha presentado recientemente el Informe de diagnóstico de la estrategia de competencias de la OCDE¹ para España, en el que hace un análisis de la situación de habilidades y competencias que posee la población española, y presenta 11 estrategias o retos a los que nuestro país tiene que hacer frente para mejorar sus condiciones económicas y sociales en esta materia. Estas recomendaciones van acompañadas con multitud de datos y evidencias que indican el enorme esfuerzo que queda por hacer para mejorar el capital humano a nivel nacional, y en concreto en regiones como Andalucía que presenta como en muchos otros aspectos una posición relativa bastante alejada de los estándares europeos. Como ya se ha insistido en muchas ocasiones en este blog, la educación y la formación suele ser un tema de máxima conflictividad política por las posturas aparentemente enfrentadas que existe entre las distintas administraciones territoriales y opciones políticas. Este desencuentro y no tanto la falta de recursos puede ser un elemento de mayor peso en la situación actual y en la consecución de objetivos a largo plazo que nos coloque en la media de OCDE.
En el mapa de arriba se presenta la suma de oportunidades de empleo más la demanda de reemplazo laboral en Europa entre 2013 y 2025. La demanda de sustitución estará formada por aquellos puestos de trabajo que quedan disponibles porque las personas que lo realizan dejan de hacerlo por jubilación, migración, etc. Este tipo de demanda siempre será bastante mayor que la demanda de expansión que se corresponde con el aumento real de puestos de trabajo que puede generar la economía europea. En el mapa citado podemos ver dónde se concentrará en los diez próximos años la mayor cantidad de oportunidades de empleo: Alemania, Reino Unido, Francia y a continuación España.
Según el CEDEFOP (European Centre for the Development of Vocational Training) las oportunidades de empleo para nuestro país entre 2013 y 2025, incluyendo demanda de sustitución (7.965.200 empleos) y demanda de expansión (880.900 empleos), serán de casi nueve millones de empleos. La distribución de puestos laborales será la que se representa en el cuadro anterior, y el segmento de servicios y comerciales serán los que necesitarán un mayor número de personas. Hay que tener en cuenta también que España necesitará para la próxima década 1.634.000 y 1.889.000 empleos de media y alta cualificación, mientras que prescindirá de 2.642.000 empleos de baja cualificación.
Visto lo anterior, un aspecto de máxima repercusión en las estrategias para mejorar las habilidades de los trabajadores, es la de ajustarla lo más posible a la cualificación requerida por el mercado laboral. Como se puede ver en el gráfico de arriba, los puestos nuevos de trabajo que exigen de un baja cualificación son prácticamente residuales, apenas el 2% del total demandado en el período. Por su parte, el 55,6% de las oportunidades de empleo que se van a generar estarán dirigidos a puestos de trabajo que necesitarán de altas habilidades o competencias para poder desarrollarlos. Queda claro pues que las constantes llamadas de atención para mejorar y adaptar la actividad educativa y formativa a las necesidades laborales de la economía nacional y regional no debería seguir siendo un instrumento de confrontación política.
Si nos centramos en el hecho de que la mayor cantidad de oportunidades de empleo que se van a generar serán en aquellos puestos que requieren de alta o media cualificación, el nivel educativo y la formación de los más jóvenes debe ser un eje estratégico para evitar un nivel de desempleo crónico de larga duración en las nuevas cohortes en el futuro. Y no sólo es importante para la próxima década, sino para un horizonte más lejano, toda vez que la mejora del capital humano de un territorio se gesta en periodos de tiempo largos, y se necesita de una estabilidad normativa y de recursos para conseguir objetivos concretos. En el gráfico de arriba se puede ver la tasa de abandono temprano, entendida ésta como el porcentaje de la población de 18 a 24 años que no ha completado la segunda etapa de Educación Secundaria. Como se puede ver, ha tenido una tendencia descendente desde 2008 coincidiendo con el inicio de la crisis económica.
En el cuadro de arriba podemos ver la dinámica del abandono educativo-formativo temprano a nivel regional, así como el de la población joven que se encuentra sin trabajo y que además no estudia. Andalucía es después de Baleares (32,1%) la comunidad que mayor tasa de abandono temprano presenta en 2014 con un 27,7%. Durante la fase de crecimiento previo a la crisis, la tasa de abandono permaneció más alta que en la actualidad debido a que existían oportunidades laborales que invitaban a los jóvenes a abandonar sus estudios para trabajar. Con la llegada de la crisis esto cambió, y son muchos los que han vuelto para mejorar su formación, o simplemente porque al no tener oportunidades que les permitan hacer una transición hacia el mundo laboral, prefieren mejor seguir formándose. Hay que matizar el dato de abandono regional citado arriba, en tanto que Baleares presenta una alta tasa de abandono del 32,1% con una tasa de paro del 18,9% a finales de 2014, mientras que Andalucía tiene una tasa de abandono del 27,7% con un desempleo del 34,2% de su población activa según los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2014. Probablemente ambas regiones representan dos escenarios contrapuestos, siendo muy posible que en el caso de Baleares el hecho de que exista un alto grado de abandono se pueda deber en parte a una posibilidad mayor de encontrar empleo, siendo el caso andaluz todo lo contrario, en tanto que existe un alto porcentaje de abandono educativo que convive con una alta tasa de desempleo. Andalucía es junto con Canarias las regioanes que presentan mayor porcentaje de jóvenes que ni trabajan ni estudian, en concreto el 25,5% y el 25,6% respectivamente.
El abandono educativo y la población juvenil que no trabaja ni estudia representan distintas perspectivas del mismo problema. En el gráfico anterior podemos ver la situación que en esta materia presenta España y la Unión Europea en 2014. Hay un grupo de comunidades que se encuentran cerca de la media de Europa, como es el caso de Navarra, País Vasco, Asturias y Cantabria, mientras que Andalucía presenta la peor situación en abandono educativo y desempleo. Es muy posible que no sea un problema exclusivo de falta de recursos financieros destinados a la educación y la formación laboral lo que explique la posición tan negativa que presenta la comunidad andaluza en este tema, al igual que en otros muchos otros aspectos laborales y sociales. La causalidad directa entre ambos aspectos que constantemente se señala desde los gestores regionales es muy posible que no tenga mucho sustento, en tanto que tratan de presentan una solución simple y lineal (aumentar el gasto educativo) para un problema que es complejo y sistémico.
En este cuadro se presenta la situación y evolución del abandono formativo y el desempleo juvenil en un contexto europeo. España junto con Rumanía presentan los peores escenarios posibles en tanto que presentan las mayores tasas en ambas variables. Aunque se puede intuir una correlación clara entre abandono educativo y paro juvenil, existen casos que llaman la atención ya que se registra una situación positiva en una variable, mientras que en la otra tienen un gran desequilibrio. El caso de Grecia es llamativo, en tanto que tiene una tasa de abandono educativo-formativo del 9,0% (11,1% UE28), mientras que tiene una tasa de jóvenes que ni trabaja ni estudia del 26,7% (15,3% UE28).
En conclusión, la cantidad y calidad del capital humano en un territorio es esencial en los próximos años para mejorar la situación social en nuestro país. Actualmente los responsables y gestores públicos están inmersos en problemas de segunda derivada muy alejados de temas básicos y estratégicos para la mejora general del país. Es desconcertante que la educación siga siendo en la práctica un aspecto social abandonado -y no sólo por falta de recursos económicos-, pero que a su vez manifieste una actividad tan intensa en la disputa política, territorial e ideológica. Mientras que esto no cambie, es muy posible que España y Andalucía sigan presentando un peor comportamiento educativo y laboral dentro de la Unión Europea y de la OCDE, con una continuidad en el grave impacto social que estamos padeciendo debido no solo a la burbuja financiera e inmobiliaria que nos estalló en 2008, sino a la falta de un modelo productivo y educativo actualizado a la realidad de nuestro entorno. El informe de la OCDE enfoca el problema y aporta soluciones, aunque probablemente no tenga un impacto significativo en la percepción que se tiene actualmente sobre el tema.
En conclusión, la cantidad y calidad del capital humano en un territorio es esencial en los próximos años para mejorar la situación social en nuestro país. Actualmente los responsables y gestores públicos están inmersos en problemas de segunda derivada muy alejados de temas básicos y estratégicos para la mejora general del país. Es desconcertante que la educación siga siendo en la práctica un aspecto social abandonado -y no sólo por falta de recursos económicos-, pero que a su vez manifieste una actividad tan intensa en la disputa política, territorial e ideológica. Mientras que esto no cambie, es muy posible que España y Andalucía sigan presentando un peor comportamiento educativo y laboral dentro de la Unión Europea y de la OCDE, con una continuidad en el grave impacto social que estamos padeciendo debido no solo a la burbuja financiera e inmobiliaria que nos estalló en 2008, sino a la falta de un modelo productivo y educativo actualizado a la realidad de nuestro entorno. El informe de la OCDE enfoca el problema y aporta soluciones, aunque probablemente no tenga un impacto significativo en la percepción que se tiene actualmente sobre el tema.