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15 de febrero de 2014

Informe Analistas Económicos de Andalucía Nº 75. Invierno 2013

El informe de invierno de Analistas Económicos de Andalucía presenta un panorama más estable de la situación económica mundial, nacional y regional para el presente ejercicio. El contexto internacional sigue progresando lentamente, sobre todo por la leve mejoría que presentan las economías avanzadas, aunque también se detecta cierta ralentización en las emergentes. Las tensiones financieras se han reducido considerablemente, y se puede considerar ya como normalizado el cuadro de grandes riesgos sistémicos que asolaban las finanzas mundiales en 2012 y 2013. No hay que olvidar el impacto reciente que el llamado tapering de la Reserva Federal ha provocado en ciertas economías emergentes, las cuáles recibieron grandes entradas de capitales durante la fase de inyección de liquidez de los principales bancos centrales, y que ahora ve como se complica su cuadro macroeconómico por culpa de la retirada de estímulos y la repatriación de capitales. Es un riesgo a valorar y a analizar con atención dentro del relevo en la expansión monetaria que Banco de Japón está realizando actualmente. En nuestro país la situación comienza a asemejarse más a un recuperación lenta en el tiempo, debido básicamente a dos grandes desequilibrios: el desempleo y reducción del endeudamiento por parte de los distintos agentes económicos. 

Dentro de los cuadros temáticos destaca el comentario relacionado con el Informe sobre el Mecanismo de Alerta (IMA) que tiene como objetivo detectar y corregir los desequilibrios que existen en las economías nacionales europeas. Este informe se enmarca dentro del Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómicos (PDM) diseñado para prevenir situaciones de desequilibrios graves que pongan en riesgo la estabilidad económica. Este procedimiento se basa en el análisis y seguimiento de un conjunto de variables que pueden señalar desequilibrios internos y externos, tal como se muestra en el cuadro siguiente:


Tal como muestra el informe citado, las principales conclusiones que se extrae de él son que las balanzas por cuenta corriente de los estados miembros han mejorado, y en especial aquellos que mostraban unos déficit importantes. Ha habido una mejora de la competitividad en gran medida debido a la reducción de costes laborales en aquellos países donde la crisis financiera les puso en una situación más delicada. Por  su parte las exportaciones han tenido un buen comportamiento en la mayoría de estados miembros, aunque en términos generales el conjunto de la Unión Europea sigue perdiendo cuota de mercado mundial. Los niveles de deuda siguen siendo altos tanto en el sector público como en el privado, y en este último muestra bastante rigidez a la hora de corregir la situación, en gran medida por el escenario excepcional en el que se encuentran el mercado de crédito y la fragmentación en el acceso a la financiación. Prosigue la corrección de precios en el mercado de viviendas, y el desempleo se ha convertido en un elemento de deterioro social significativo.

También recoge el informe de Analistas Económicos de Andalucía un cuadro temático sobre la controvertida medición de desempleados y ocupados que realizan los distintos organismos que aportan datos sobre el tema. Los indicadores laborales de mayor interés los aporta por un lado la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística que lo hace con carácter trimestral, por otro lado el número de parados que publica mensualmente el Servicio Público de Empleo Estatal (Ministerio de Empleo y Seguridad Social), y por último los registros de afiliación de trabajadores a la Seguridad Social que también proporciona el mismo Ministerio. Existen pues diferencias importantes entre los resultados que muestran cada una de las estadísticas anteriores, y el informe trata de remarcar el peso significativo que dichos registros van a tener en el futuro próximo, en cuanto que el nivel de desempleo en nuestro país y en Andalucía son excepcionalmente preocupantes y llamativos en un contexto europeo.  

Por lo que respecta a la economía regional andaluza, el informe constata la estabilización de la producción regional que le ha llevado a registrar en el tercer trimestre de 2013 una mejora del 0,1% después de nueve trimestres de descensos. La demanda interna por su parte aminora su descenso, en parte por el menor deterioro del consumo de hogares y de las AAPP, y por una mejora en la tendencia de reducción de las inversiones. El motor del crecimiento exterior ha perdido potencia, y las exportaciones registraron en el tercer trimestre un menor ritmo de crecimiento, que añadido a unas importaciones que cada vez se reducen menos, presenta un resultado menos positivos que los obtenidos en el pasado próximo. En cuanto a las previsiones que recoge el informe, mencionar la recuperación de la producción regional para el presente ejercicio en un 1%, mientras que el registro nacional quedará en el 0,9%. Mantiene la estimación de descenso del PIB para el 2013 en el 1,3% (1,2% en España). La causa principal de la recuperación para 2014 sería la leve recuperación del consumo de hogares (0,2%), ya que para el consumo de las administraciones públicas y la inversión esperan descensos del -1,9% y -2,3% respectivamente. Por el lado de la oferta, la mejora recaería en la industria y los servicios, mientras que para la agricultura y la construcción esperan peores resultados que en el ejercicio terminado. El panorama del mercado de trabajo se presenta bastante mal, en tanto que por diversos motivos la tasa de desempleo media anual se situará en 2014 en el 36,4% de la población activa, igual que en el ejercicio pasado. En conclusión, se confirme que el ciclo económico ha tocado suelo, y que la lenta recuperación para el futuro depende de que no se materialicen algunos riesgos que podrían llevarnos a un escenario combinado de recesiones y recuperaciones fugaces. Si nos salimos del análisis del ciclo, el crecimiento parece atrapado en un proceso de agotamiento del modelo productivo, falta de capacidad para estimular la economía a través de la política fiscal o monetaria, una posición complicada en el ciclo financiero de los sectores económicos del país, y un deterioro del consenso político y social que vendrá agravado por las reformas pendientes y el incremento de la desigualdad económica de los ciudadanos. No hay pues grandes soluciones a la vista.