Páginas

22 de enero de 2015

Consecuencias del descenso de precios del crudo


Los precios del crudo tienen un gran impacto en las economías desarrolladas y emergentes. Por supuesto, también lo tiene en la andaluza. El descenso importante de la cotización del petróleo que se ha producido recientemente ha generado un alivio para la economía mundial, pero también riesgos que hay que valorar. Si empezamos por los efectos positivos, la reducción de los precios energéticos para la industria y los consumidores reduce los costes de producción y libera renta de las familias para otros usos. Esto se está manifestando básicamente en un fenómeno de deflación que están padeciendo algunas economías como la española y la andaluza. Por tanto, un descenso de este tipo va a ayudar a que el PIB mundial crezca, y por efecto contagio también lo hará nuestra economía. 



Las razones para que haya sucedido un descenso brusco de la cotización del crudo son diversas, y hay tanto factores de demanda como de oferta. Probablemente la intensidad de la bajada tienda a corregirse en el futuro, pero todo parece indicar que se mantendrá en niveles inferiores a los registrados en los últimos años. Pero no todo son ventajas para todo el mundo. Los países exportadores de petróleo verán reducidos sustancialmente sus ingresos, y por tanto, dependiendo de su situación macroeconómica sufrirán mayor o menor presión en su saldo exterior, su gasto público y sus tipos de cambio. Es el caso de Rusia, Nigeria o Venezuela. Este nuevo panorama está creando tensiones internas, lo cual puede traducirse en conflictos internacionales y problemas geopolíticos.


Gran parte del fenómeno de deflación en la que está inmersa la Unión Monetaria es debido al comportamiento de los precios de la energía, que se ha trasladado al conjunto de precios generales de consumo. Esto supone un gran alivio dada la actual coyuntura, en la que las herramientas de política económica están muy restringidas para algunos de sus socios. La fase de bajo crecimiento para 2015 y 2016, el elevado endeudamiento público junto con los problemas de financiación del sector privado, un escenario de bajo crecimiento de precios potenciado por la coyuntura del petrolera, y un aparente éxito de las política monetarias expansivas de otros bancos centrales, están detrás de las presiones al BCE para que amplíe su balance comprando deuda pública en los mercados. Por tanto, el nuevo escenario de precios del crudo es un elemento positivo para iniciar la estrategia monetaria expansiva.


En el gráfico de arriba podemos comprobar como están evolucionando los precios de la energía en la Zona Euro, y como está repercutiendo la dinámica petrolera en el coste de la energía consumida. Podemos decir que en general la situación actual ha generado una mejora del escenario económico para el presente ejercicio, aunque existen otros riesgos que pueden anular el efecto positivo generado sobre la economía europea. Es importante saber cuáles son las causas que han provocado el descenso de los precios del crudo para conocer su comportamiento en el futuro próximo. La menor demanda esperada que indica la Agencia Internacional de la Energía explica una parte de la corrección, pero quizás los factores de oferta hayan tenido un mayor peso en la orientación recientes de las cotizaciones del petróleo. Y es que Arabia Saudí ha decidido mantener sus niveles de producción, y no contrarrestar la mejora producida en Libia y en Irak, a lo que hay que añadir el hecho de que los países productores pertenecientes a la OPEP y los que no pertenecen, hayan decidido no actuar de productor fluctuante (swing producer), papel que siempre ha realizado Arabia Saudí. 

El que continúe las presiones sobre el precio de barril dependerá pues de lo que finalmente haga Arabia Saudí. Hay varias hipótesis al respecto. En primer lugar, los factores geopolíticos y económicos tendrán mucho peso en la decisión de mantener la producción, y sobre todo el hecho de que este país a seguir soportando el mayor coste que supone ser el productor fluctuante. La situación creada lo que busca es provocar un cambio en el reparto de dicha carga por parte de aquellos países que han estado incrementando sistemáticamente su producción mientras que Arabia Saudí lo compensaba reduciendo la suya, algo que no parece que se vaya a producir a corto plazo. También existe otra hipótesis, y es que los países perteneciente a la OPEP estén provocando una guerra de precios con los no adscritos, los cuáles tienen unos costes de producción más altos, y de esta manera consiguen presionar sobre los niveles de producción de estos últimos para elevar el nivel de equilibrio del mercado. 

También hay otra consecuencia importante provocada por la situación actual, y es que los costes de producción de petróleo no convencional o de aquellas fórmulas de extracción más extremas son rentables a partir de cierto precio del crudo. Toda esa producción no convencional también ha ido al mercado durante estos últimos años, y hay incluso países que han conseguido mejorar fuertemente su autonomía energética, incluso llegando a poder exportar, como es el caso de Estados Unidos. El alto apalancamiento de estas inversiones que se necesitan realizar para poder producir petróleo a costes más elevado, está provocando que se reduzca la inversión y que muchas empresas comiencen a tener problemas financieros por el drástico declive de sus ingresos. En definitiva, se espera que las nuevas inversiones se reduzcan en el futuro próximo como consecuencia del nuevo escenario de precios, y esto haga que suban a medio plazo. 

De todas formas, el mundo del petróleo es altamente complejo y con variables muy diversas, espontáneas y caóticas, por lo que es difícil plantear un escenario futuro fiable. Y es que las tensiones geopolíticas en Irak, Rusia y Ucrania, además de un posible cambio de estrategia por parte de la OPEP, provoquen un cambio en los niveles de equilibrio en el mercado de crudo. En conclusión, la bajada de precios del petróleo es una buena noticia sobre todo para Europa y Japón que son grandes importadores de crudo. Por un lado mejora la capacidad adquisitiva de las unidades de consumo, reducen los costes de producción e incrementa la rentabilidad empresarial y la inversión, y por último lugar presiona hacia abajo la tasa de inflación. Esto último también es de gran utilidad en un momento en el que se está preparando el tipo de actuación del Banco Centra Europeo y el tamaño de su estímulo.