Páginas

6 de febrero de 2015

Afiliación de trabajadores a la Seguridad Social. Enero 2015


Han salido los datos de afiliación a la seguridad social de enero, y el mes se ha saldado con una reducción mensual de la afiliación en Andalucía de 48,807  personas (-1,8%). Si tomamos los datos interanuales se ha producido un incremento de casi 40.000 afiliados (+1,5%) respecto al mismo mes del año pasado. A nivel nacional los datos han sido relativamente mejores; así la variación mensual ha sido de -199.902 cotizantes menos respecto al mes de diciembre (-1,2%), mientras que en términos anuales, se ha producido un incremento del número de afiliados de 401.703 (+2,5%).



En el cuadro anterior podemos ver los principales resultados por provincias andaluzas y comunidades autónomas. Destacar el buen comportamiento de Almería (4,7%), Huelva (4,2%) y Málaga (4,6%) en términos interanuales, mientras que los que peores resultados se han registrado en Córdoba (-0,3%) y Jaén (-14,2%). Por comunidades autónomas, habría que destacar aquellas que han obtenido un buen comportamiento como son I. Baleares (4,5%), Murcia (3,9%), C. Valenciana (3,7%), Canarias (3,6%) y Cataluña (3,1%), mientras al contrario, Melilla (0,6%), Asturias (0,8%), País Vasco (1,3%), Castilla-La Mancha (1,3%) y Andalucía (1,5%) han presentado cifras por debajo de la media nacional.


Si intentamos analizar el comportamiento de los meses de enero en años anteriores podemos ver que la variación anual en la cifra de afiliación ha sido positiva este año en 400.000 empleos (2,5%) , lo que supone un claro signo de que el suelo de afiliación se marcó durante el ejercicio pasado, y es probable que la cifra de creación de empleo continúe este año a un ritmo similar, si tenemos en cuenta las previsiones que están presentando los distintos servicios de estudios económicos a nivel nacional e internacional. Esta mejora se ha visto también en términos EPA, y se puede comprobar como el nivel de afiliación ha quedado más próximo a los niveles de 2004 que de 2003, lo que supone retomar el camino por donde se dejó hace diez años para intentar consolidar un empleo más sano y estable. 

En conclusión, los datos son optimistas aunque siempre quedan objeciones pendientes sobre la situación real. Conseguir empleo de calidad y estable depende del modelo productivo y económico que tengamos. Actualmente, el debate está anclado en la cantidad y variedad de estímulos públicos que necesita la economía europea y nacional a corto plazo para salir de la crisis, pero se habla poco sobre el tipo de estructura económica que se necesita para los próximos veinte años. Y por supuesto tampoco se habla del modelo social y laboral que dicho molde económico supondrá. Sabemos -o deberíamos saber- que es lo que no queremos para los próximos años, que se traduce en que no queremos ni burbujas de activos ni de deuda. Pero no está tan claro las directrices que se proponen para empezar a perfilar los objetivos y resultados esperable para un futuro próximo. Ahora mismo lo que hay encima de la mesa son promesas y buenas intenciones para el futuro, porque el ciclo político impone otra dinámica distinta en cuanto a estrategias y resultados a corto plazo.