El dato de la Encuesta de Población Activa (EPA) de Andalucía del segundo trimestre ha sido bien acogido, una vez que ha confirmado las previsiones que se esperaban en cuanto al descenso de la tasa de paro. Los datos de afiliación a la seguridad social habían estado registrando datos positivos por lo que la EPA anunciada ha confirmado las expectativas. El número de personas ocupadas creció un 2,4%, creciendo en 61.700 personas. Por su parte, la tasa de paro se situó en el 35,8% de la población activa, mientras que el índice de actividad se colocó en el 59,2%. En términos relativos, el paro descendió en la comunidad andaluza un 2,6% trimestral, mientras que la cifra de parados creció un 5,69% anual, lo que supone en términos absolutos un descenso de 33.300 parados menos respecto al trimestre pasado, pero un incremento de 77.500 parados más que hace un año. Por sectores de actividad, el número de ocupados ha crecido en todos: en agricultura lo ha hecho en 2.600 personas, industria en 6.300, construcción 8.500, y servicios en 44.500 ocupados más. El apartado de empresarios y miembros de cooperativas ( que incluye los autónomos) ha contabilizado un incremento de 13.200 ocupados más , lo que supone un 2,94% de incremento, mientras que la cifra de asalariados lo ha hecho en 41.500 personas (2,02%).
En conclusión, el dato muy esperado de la EPA del segundo trimestre ha constituido un alivio coyuntural a la grave situación social que supone el desempleo. Ahora bien, desde una perspectiva más amplia, los datos siguen siendo alarmantes. No hay condiciones internas que indiquen que el paro puede descender de forma rápida toda vez que el crecimiento económico seguirá siendo lento, y la salida al exterior no es fácil ni rápida. Montar una estructura exportadora exitosa que aporte crecimiento rápido del negocio a las empresas de forma constante y estable no es algo que se pueda hacer en un corto periodo de tiempo. De hecho las grandes economías exportadoras en el mundo, construyeron su capacidad industrial y comercializados hace décadas, por lo que ahora tienen capacidad de compensar demanda interna por demanda exterior o viceversa. Parece claro que lo que se haga ahora con el sector turístico y el resto de actividades exportadoras va a ser clave en el desarrollo económico y en la mejora social del futuro próximo.