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24 de enero de 2014

Índice de Producción Industrial de Andalucía. Noviembre 2013

La actividad industrial a falta del cierre de año, confirma la reducción del ritmo de descenso de la actividad industrial, en línea con las previsiones de crecimiento lento para el presente ejercicio. El Índice de Producción Industrial de Andalucía registró un incremento del 0,7% en noviembre, mientras que en el mismo año del año anterior el descenso fue del -12,1%. Por otra parte, el mismo índice a nivel nacional ha registrado un aumento del 0,2%, después de registrar un año antes un descenso del -7,8%. Se puede confirmar pues que la destrucción de actividad industrial se ha tomado un respiro, y si no se materializan los riesgos que aún existen, la corrección del ciclo es posible que esté próximo a comenzar. Respecto a las partidas que componen el IPIAN podemos citar por un lado los bienes destinados al consumo que descienden un -5,3, con los duraderos bajando un -1,0% mientras que los no duraderos lo hacen un -5,8% interanual, y por otro lado, los bienes de equipo y los bienes intermedios que suben un 2,9% y un 8,0% respectivamente. El dato de bienes de equipo tiene cierto matiz positivo, en tanto que la recuperación de la inversión supone un incremento de la producción a corto y medio plazo, y por tanto generación de empleo, aunque se produzca de forma lenta e inestable. 

Si vemos el gráfico adjunto, que recoge el registro del IPIAN desde 2000 podemos ver el intenso crecimiento industrial en la fase previa a la crisis 2000-2008, y como desde entonces el nivel ha descendido a niveles de la década de los noventa. Es difícil confirmar la tendencia futura de la actividad, pero no parece muy arriesgado confirmar que la actividad industrial ha tocado suelo, y a partir de ahora se produzca un crecimiento de ésta, aunque sea lento y complicado. También hay que destacar que los cambios estructurales que la crisis está provocando en la economía tienen una gran probabilidad de que servir de anclaje para que la recuperación de la actividad se desarrolle conforme a un modelo más sano, moderno, estable y duradero. La orientación permanente de parte de la actividad industrial hacia la exportación es un mecanismo importante de consolidación de empleo de calidad en el largo plazo, y la mejora competitiva de las empresas industriales servirá para mejorar el saldo de intercambio, algo esencial en la coyuntura actual en la que estamos inmersos.