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El descenso de precios sigue siendo una realidad en la economía regional y nacional. En los dos ámbitos se ha registrado una disminución del -1,1% en tasa interanual, lo que supone una continuidad en la dinámica de precios, provocado en gran medida por la bajada de los energéticos y un consumo que aunque se recupera no tensa lo suficiente como para hacerlos remontar. Los servicios salen del terreno negativo sufrido durante el ejercicio pasado, y la subyacente empieza a colocarse en terreno neutro.
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Como se puede ver en el gráfico, el IPC de febrero sigue en terreno negativo aunque recuperando 3 décimas, y probablemente continúe escalando hasta colocarse en terreno neutro, que es lo que se espera en el corto y medio plazo. Las nuevas medidas monetarias y la mejora económica prevista evitará un periodo deflacionario duradero, aunque el incremento de precios estará lejos del 2% que es el objetivo que marca el BCE, al menos en el corto plazo. Los precios energéticos y los servicios han sido siempre un componente crónico en el encarecimiento de la cesta de la compra durante la fase previa a la crisis, y el descenso de unos más el control de los otros evitan el desgaste de la capacidad adquisitiva de los consumidores, algo que es una buena noticia.