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15 de noviembre de 2015

Encuesta de Población Activa de Andalucía. 3º trimestre



Los datos de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre presenta un descenso interanual del -9,7% en el número de parados en la región andaluza, mientras que creció un +1,7% respecto al trimestre anterior. Esto supone 137.200 personas menos en situación de desempleo respecto al mismo trimestre del año pasado, y un aumento de 21.400 personas desempleadas respecto al trimestre anterior. A nivel nacional, la reducción ha sido de 576.900 personas (-10,6%)  en términos interanuales, y un descenso de 298.200 personas (-5,8%) respecto al trimestre anterior, lo que pone de manifiesto un peor comportamiento del mercado laboral andaluz respecto al conjunto del estado.



En el cuadro anterior se exponen los datos de la EPA por comunidades autónomas, y lo más llamativo quizás sea el incremento del número de parados en Extremadura (4.100 personas) y Melilla (1.100 personas) en un contexto de crecimiento general del empleo en el conjunto del país. En Andalucía, el número de activos creció en 9.900 personas (+0,3% a/a), el de ocupados en 147.100 personas (+5,6% a/a) y el de inactivos en 3.300 personas (+0,1% a/a). 



En este cuadro podemos ver la evolución durante el último año de las tasas anuales y trimestrales de parados por comunidades autónomas. Se puede ver como en el caso de Andalucía, la mejora en la reducción anual de parados ha arrancado en el segundo trimestre, mientras que en Cataluña, Valencia o Madrid la mejora comenzó ya a final del año pasado. En términos trimestrales, los datos han sido mejores durante el periodo analizado, aunque dicha tendencia se ha revertido en el trimestre en curso, en el que ha registrado un aumento de parados del +1,7%, mientras que en el conjunto del país se ha registrado un descenso del -5,8%.



Si nos centramos en las distinta características de los desempleados en la región andaluza, podemos observar algunos aspectos importantes en la situación de su mercado laboral. En el caso de la industria se registra un descenso anual de 11.700 personas desempleadas (-32,1%), y de 109.000 desempleados (-13,9%) en el segmento de primer empleo o con más de un año parado. El descenso más intenso del número de personas en paro se concentra en el tramo comprendido entre los 20 y los 44 años. Respecto a los niveles de formación alcanzados, destacar la disminución del -12,1% de parados con educación superior, y del -16,2% en el de educación primaria. Curiosamente se produce un incremento del +0,9% en el número de parados que tienen realizado la segunda etapa de educación secundaria con orientación general. Destacar también el descenso en 65.800 personas (-27,1%) entre aquellos que llevaban entre 1 y 2 años desempleados, y de sólo 18.200 personas (-2,9%) en el de personas que llevan más de 2 años en paro.


Actualmente, uno de los temas más cuestionados sobre la fuerte creación de empleo que se está produciendo, es la calidad de éste. Un aspecto en el que se manifiesta esta precariedad es la edad del desempleado. Es importante ver la evolución de los jóvenes y de aquéllos que por su edad avanzada pueden quedar fuera del mercado laboral tras una crisis como la que hemos padecido, y que parece encara la recuperación. En el gráfico anterior, se puede ver la evolución experimentada por tramos de edad del porcentaje de parados sobre el total en Andalucía desde 2002. Quizás lo más importante es el hecho de que el tramo de 25 a 34 años ha reducido su peso en el conjunto de parados, mientras que los tramos a partir de 45 años en adelante han incrementado su peso. A partir de esa edad, la reincorporación a la actividad laboral se hace más complicada, por lo que se requiere de unas políticas de empleo activas específicamente diseñadas para ese colectivo.



En el gráfico anterior se compara el comportamiento de las distintas regiones españolas desde el comienzo de la crisis y desde finales de 2014. Como se puede observar Andalucía ha registrado el tercer mayor incremento de la tasa de desempleo desde el último trimestre de 2008 (10,1 puntos porcentuales), después de Extremadura (10,4 pp) y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (14,9 pp). Sin embargo, en el último año ha sido de las que mejor se ha comportado, en tanto que nivel nacional se ha reducido la tasa de paro en -2,5 pp, mientras que Andalucía lo ha hecho en -3,5 pp, después de Canarias (-4,8 pp) y La Rioja (-4,6 pp). 





En el cuadro anterior se expone el número de ocupados por provincias andaluzas en los distintos sectores económicos. Las resultados laborales son heterogéneos, y existen tanto incrementos como reducciones en el número de personas trabajando. En el sector servicios que tiene el mayor peso, Almería (-6,4% a/a) y Jaén (-2,5% a/a) presentan descensos en el empleo, mientras que el resto de provincias tiene incrementos, siendo las más destacables Córdoba (+12,0% a/a) y Huelva (+12,0% a/a)




En el gráfico anterior se presenta la variación anual en el número de personas ocupadas por provincias andaluzas y sectores. La agricultura se ha comportado mal salvo en Almería (+36,9%) y Huelva (+14,4%), y la industria presenta buenos resultados en Jaén (+30,5%), Granada (16,6%) y Huelva (+15,3%). En general se ha producido un aumento en el número de empleados en todas las provincias, destacando la rezagada Jaén que sólo ha crecido un +1,6% durante el último año.



En conclusión, los datos presentados por la EPA para Andalucía son buenos. Si se continuara con este ritmo, en cinco o seis años volveríamos a registrar un nivel de desempleo similar al que existía en la punta del ciclo económico previo a la crisis. Pero sin una burbuja financiera e inmobiliaria que infle artificialmente la economía regional. Probablemente es difícil mantener este ritmo de crecimiento en el empleo si no se plantean mejoras significativas en la orientación económica regional, y si no se gestionan bien los riesgos existentes en nuestro entorno. En el cuadro anterior se presenta las previsiones de Analistas Económicos de Andalucía, y pronostica un crecimiento del empleo de 88.000 ocupados  más y un descenso del paro de 81.000 personas, lo que supone un incremento del empleo del +3,2% para 2016 y una tasa de paro del 30,7%. Es una buena noticia en tanto que sabemos que, salvo catástrofe, los resultados para el año que vienen seguirán siendo sólidos,  aunque hay que insistir que la probabilidad de que existan dificultades importantes en el camino están ahí. También hay que tener en cuenta que la situación de partida es excepcionalmente mala, y por tanto registrar crecimientos intensos del empleo al comienzo de una recuperación es relativamente fácil con las reformas realizadas. Pero volver a los niveles precrisis va a necesitar de más consenso social en el reparto de la renta disponible, y un empuje importante de la industria y de la actividad exterior que todavía está por ver si se consolida.