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23 de agosto de 2018

Situación socioeconómica andaluza (I)


La situación socioeconómica en Andalucía ha seguido mejorando a lo largo del ejercicio en curso, entre otras razones porque el crecimiento del empleo ha continuado a buen ritmo. En el gráfico anterior se puede ver la evolución laboral de la región andaluza, y en concreto la calidad del empleo generado. Dichos indicadores valoran a través de la Encuesta de Población Activa la naturaleza de la nueva ocupación y la situación de los parados más vulnerables. En el indicador de empleo se usan los datos de ocupación que pueden calificarse de mayor calidad o interés (mujeres ocupadas, empleo público, a tiempo completo o parcial, y si es indefinido o temporal), mientras que en el indicador de paro se tiene en cuenta aquellos grupos que presentan mayor vulnerabilidad (mujeres paradas, jóvenes desempleados, parados mayores de 55 años, y aquellos que llevan más de 2 años buscando empleo). Hay que matizar que estos indicadores no tienen en cuenta otros aspectos importantes sobre la calidad del empleo como pueden ser la retribución salarial o las condiciones laborales de los trabajadores, y por tanto solo analiza el volumen de empleo de mayor calidad, o por el contrario el desempleo con mayor impacto negativo.


El principal elemento para seguir generando empleo es que la economía siga creciendo, y la andaluza ha continuado su senda de crecimiento (+2,5% 02T2018 | +2,9% 01T2018) aunque ha bajado levemente el ritmo. Desciende el consumo de los hogares y crece la inversión, mientras por el lado de las rentas crece la remuneración total de asalariados, principalmente por el incremento del empleo y no tanto por una mejora salarial. Para lo que resta del ejercicio se espera un consenso de crecimiento del 2,7% (AEA: +2,7% | OEA: +2,7% | BBVA Research: +2,7% | FUNCAS: +2,7% | JA: +2,6%), lo que supone una leve bajada respecto al +2,9% de 2016 y el +3,0% del ejercicio anterior. Dentro de estas previsiones están descontados algunos acontecimientos que pueden afectar negativamente a la economía mundial y española, pero es posible que no estén aún recogidos algunos riesgos generados por las medidas proteccionistas activadas durante los últimos meses.



Como ya hemos apuntado con el indicador de empleo anterior, la población ocupada andaluza (+2,4% | 02T2018) ha seguido creciendo a lo largo del ejercicio, aunque a menor ritmo que la española (+2,8% | 02T2018), manteniéndose el diferencial de ocupación sobre su media histórica (-5,9 pp). A destacar el crecimiento del empleo indefinido (+4,4% AND | +3,6% ESP) y el público (+4,6% AND | +3,8% ESP) por encima de la media nacional, mientras que el empleo a tiempo parcial crece también por encima de la media (+1,3% AND | +1,0% ESP) y el temporal lo hace por debajo (+3,1% AND | +3,6% ESP). Por tanto los datos son buenos en la medida en que mejora relativamente el empleo calificable como de mayor calidad, pero eso no significa que la situación laboral en Andalucía presente una situación bastante mejorable respecto a otras regiones. Sirva como ejemplo de lo anterior que, mientras Andalucía tiene un porcentaje del 15,7% del volumen total de ocupados, presenta un 21,0% de ocupados con contrato temporal y un 13,5% de indefinidos. A esto hay que añadir también que sólo posee el 13,6% de ocupados con educación superior.



En principal rasgo de la realidad laboral andaluza es el desempleo diferencial crónico respecto al conjunto del estado español. La tasa de paro se ha situado durante el segundo trimestre del ejercicio en el 23,1% mientras que la española ha sido del 15,3%. La comunidad andaluza tiene el 26,1% de los parados en dicho trimestre, mientras que como ya hemos comentado sólo tiene el 15,7% del total de ocupados. Si nos centramos en un colectivo de riesgo como son aquellos parados que llevan más de dos años buscando empleo, en Andalucía ha habido un descenso del -16,4% en el trimestre anterior, mientras que a nivel nacional la reducción ha sido del -20,0% (-21,3% si excluimos el grupo de parados andaluces). Si nos fijamos también en otros colectivos de riesgo como jóvenes o mujeres vemos también el mismo comportamiento. Por tanto se puede ver la mejora en el desempleo regional pero también el menor ritmo respecto al resto del país, y esto hace que persista el riesgo de pobreza en la medida en que la economía andaluza no es capaz de reducir con mayor intensidad el desempleo. Hay que señalar al respecto que aunque la situación de desempleo regional es claramente mejorable, continúa el ritmo de reducción del diferencial de la tasa de desempleo (8,00 pp 02T2017 | 7,8 pp 02T2018), pero hay que matizar dicho logro en la medida en que la población activa andaluza se ha reducido en dicho periodo un -0,5% mientras que la española ha crecido el +0,5%. 


Otro elemento importante en el seguimiento de la situación social y económica andaluza son las pensiones. En concreto, el volumen de las contributivas han crecido un +2,9% en el acumulado de julio, en línea con el conjunto nacional (+3,0%). Las que más crecen son las de jubilación que lo hacen un +4,0% ( ESP: +3,7%), mientras que las de viudedad lo hacen un +1,2% (ESP: +1,3%). Por su parte, las pensiones no contributivas acumuladas a junio has descendido un -1,1% (ESP: -0,2%) en gran medida por el descenso del número de pensiones en -1,5% (ESP: -0,5%). En general, la nómina total de las pensiones sigue creciendo y lo hará de forma más intensa si finalmente se vuelve a vincular estas prestaciones sociales al crecimiento del IPC. Por tanto, esa mejora esperada tendrá un efecto positivo en la demanda, pero no hay que olvidar que también genera inquietud en la medida en que no ha quedado aún resuelto una financiación estable de tal partida, y además las que se están barajando es muy probable que terminen en un incremento de precios de los servicios bancarios para el conjunto de usuarios o simplemente en un aumento de impuestos para la mayoría de contribuyentes.